los días pasaban llenos de algodón de azúcar, gargantas doloridas por nieves de queso y zarzamoras, tardes tirados en el pasto, cabellos llenos de dedos danzarines, labios que besaban cada centímetro de la piel, risas bobas y sonrisas ciegas, manos que no dejaban de tocar y recorrer, ojos ensimismados en detalles y lunares, con mariposas en el estomago y el corazón que nos reventaba de emoción...
al final de todo resultó que nos empalagamos, acabamos con laringitis, llenos de mordidas de moscos, el cabello enmarañado, labios partidos y resecos, síndrome de túnel de Carpio, vista cansada, gastritis y corazones rotos.
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